Expertise de Mamá Cultiva cruza la cordillera Chile y llega a Argentina
Fundación Daya y “Mamá cultiva Chile” acompañaron asistieron a la presentación de «Mamá cultiva Argentina», entidad que busca legalizar el uso del cannabis medicinal en Argentina
Hasta Argentina se ha exportado el expertise de la fundación “Mamá Cultiva” en lo que a uso del cannabis medicinal se refiere. Así lo pudieron comprobar este pasado fin de semana, un grupo de madres argentinas de niños con epilepsia refractaria y otras patologías, quienes apoyados por la organización no gubernamental “Mamá cultiva Chile”, presentaron ayer en Buenos Aires la versión trasandina de «Mamá cultiva Argentina», una organización hermana de la chilena que busca al igual que su referente nacional validar el uso del cannabis para tratamientos de tipo médico.
Las madres trasandinas agrupadas en torno a la filial homónima de “Mamá cultiva” en Buenos Aires, han pasado años viendo a sus hijos sufrir con tratamientos paliativos que no tuvieron ningún resultado, y que han sido desgastantes en lo físico tanto para sus hijos como para ellas y un verdadero calvario en lo económico, ya que han debido dejar de pagar muchas otras cuentas para solventarlos fármacos que poco o nada han hecho para alivianar el dolor que hasta hoy sufrían sus hijos. Es por ello que tras conocer la iniciativa chilena, lograron empaparse de las bondades del uso del cannabis medicinal, encontrado en el aceite de cannabis una alternativa terapéutica que controla las convulsiones y alivia los dolores de sus pequeños, hecho que las tienen muy contentas y seguras que han tomado la mejor de las decisiones, misma que hoy a través de sus filiación como socias activas de “maná cultiva Argentina” desean replicar a miles de familias argentinas que están pasando por lo mismo.
Punto de inicio para un cambio
La presentación de la ONG en Argentina es «el punto de inicio de un camino de alivio y bienestar para las familias argentinas», dijo la actriz chilena Ana María Gazmuri, presidenta de la Fundación Daya, grupo también chileno, que ayer acompañó el lanzamiento de «Mamá cultiva Argentina» y que no se cansó de compartir y entregar toda su experiencia a las madres y simpatizantes del uso de esta hierba como combate al dolor en todas sus formas. Sin embargo, la tarea no se presenta fácil para la organización local ni para las madres e hijos que desean validad esta opción médica en territorio argentino.
El problema, para “Mamá Cultiva Argentina”, es que las normas locales prohíben el cultivo de cannabis, incluso si su uso es terapéutico, lo cal sin duda es una tremenda barrera de entrada para poder masificar este camino en la lucha contra el dolor en Argentina, lo cual representa un sólido escollo para miles de pacientes y sus familias que ven truncado una posibilidad de lucha contra sus patologías, pro una arcaica y poco esperanzadora legislación actualmente vigente tras la cordillera.
“La sonrisa volvió y el dolor se aleja”
«A mí el cannabis me devolvió a mi hija», dijo Mariana, madre de Lara, una adolescente de 14 años que solía tomar 21 pastillas por día, 500 al mes, que no lograban mejorar su cuadro. Ella no podía «esperar a que se legalice» el cultivo de esta planta o a «que se estudien» las propiedades que contiene, pues la vida de Lara iba a seguir deteriorándose, por eso nos decidimos y aunque actuamos contra la legislación argentina, nos conseguimos el aceite, Lara lo vaporizó y tras una serie de sesiones, la sonrisa volvió a su cara y el dolor se ha ido alejando de a poco”, según explicó Mariana, una de las madres presentes en el evento y una de las fundadoras del capítulo argentino de “Mamá cultiva”.
Las madres reunidas en «Mamá cultiva Argentina» buscan -principalmente- producir en forma colectiva el aceite para sus hijos. Y como grupo, esperan organizar talleres para que otros puedan sumarse a esta iniciativa, promover leyes que permitan y faciliten el uso del cannabis en forma medicinal y luchar para el acceso igualitario a quienes necesitan de esta medicina, además de enseñar las formas más sanas para su consumo, como es por ejemplo la vaporización, uno de los sistemas ampliamente utilizados en todo el mundo y que se caracterizan por su asepsia, control de su dosificación, privacidad, economía y respeto al medio ambiente entre otros beneficios. «No promocionamos a los laboratorios. ¿Por qué solo el que tiene plata va a poder hacer que su hijo deje de sufrir?», se preguntó Paulina Bobadilla, de Mamá Cultiva Chile, la ONG pionera que ahora apoya a su par argentina.
En el fondo, según sostuvo el abogado argentino del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica, Luis Osler, lo que se busca es un «cambio de paradigma» y la «lucha por el acceso a la medicina para todos». Para eso, aseguró, «se necesita una nueva ley» en Argentina, una que «hable de salud, de calidad de vida y que se base en los derechos humanos”, señaló.
Es un aporte más de Andes Vapor, el Primer Vaposchop de Chile