Fumar o vaporizar, un dilema que cae de Maduro
Cada vez más argumentos sostienen los claros beneficios del vapeo. Esto ha significado que más consumidores (e incluso la propia comunidad científica) se inclinen hacia esta alternativa, motivados por sus comprobables beneficios para la salud, economía del consumidor y una total y personal discreción.
Hoy prácticamente todo el mundo está de acuerdo. Vaporizar cannabis es mucho más eficaz que fumarlo. Los indiscutibles beneficios del vapeo de esta hierba, ya no son desconocidos para nadie. En otras palabras, al vaporizar también se está preservando los Cannabinoides como el THc mucho mejor que la combustión. Y eso nadie lo puede discutir. Hoy, afortunadamente, el mundo sabe que existen muchos métodos que podemos utilizar con el fin de beneficiarnos del cannabis, independientemente de si se consume con fines recreacionales o se inclina por el camino medicinal. En función de dicho objetivo, uno puede optar por un determinado método de uso prefiriéndolo por sobre el otro. Y en Andes Vapor lo tenemos más que claro.
Consumidores empoderados
Para tomar tamaña decisión, es crucial hacerlo con toda la información posible que permita -en conciencia decidir cuál sería el camino a tomar. Hoy en día, fumar cannabis es una de las formas más conocidas -y entretenidas- de beneficiarse de las muchas propiedades de la planta. Eso no lo discute nadie. Por ello, quienes postulan que vaporizar es uno de los métodos más eficaces, y menos perjudicial para la salud, de consumir cannabis, tienen mucha razón. Y en Andes Vapor te enseñamos el porqué.
Sólidos argumentos
Por si no lo sabías, al fumar cannabis, así como al fumar tabaco o cualquier otra sustancia, el consumidor medio no puede evitar los diferentes hidrocarburos aromáticos policíclicos, o HAPs, que se liberan en su organismo como resultado de la combustión. En otras palabras, el alquitrán, monóxido de carbono y otras sustancias cancerígenas se encuentran entre las sustancias químicas que están más presentes en el humo resultante de la combustión. En el caso del cannabis, estas sustancias químicas no provienen de la planta en sí, sino que proceden del proceso de combustión. También pueden ser el resultado de la quema de otros materiales distintos del cannabis, como por ejemplo del papel de fumar. En otras palabras, al vaporizar el aire está libre de contenidos cancerígenos hasta un noventa y cinco por ciento menos que la combustión. ¡Qué mejor razón para cambiarse al vapeo!!!
Tras realizar un análisis en profundidad del humo procedente del cannabis quemado, los científicos han registrado más de un centenar de diferentes sustancias químicas liberadas al medioambiente, que por cierto más del ochenta por ciento de ellas no son cannabinoides. Para que quede más claro aún: más del ochenta por ciento de los gases contenidos en el humo no tienen propiedades medicinales, ni psicoactivas. Por lo tanto, desde un punto de vista médico, este método dista mucho de ser óptimo. ¿Se entiende…?
Vaporizar
De partida habría que decir que la función de un vaporizador consiste en calentar los cannabinoides contenidos en la planta de cannabis a su temperatura de evaporación, para extraerlos por medio de la deshidratación. Cuando se compara con fumar cogollos de cannabis secos, un vaporizador es una opción mucho más saludable para todas las personas que quieren beneficiarse de las numerosas propiedades medicinales de la planta con total seguridad. En efecto, aunque muchas personas confunden la vaporización con un método, vagamente, diferente de la combustión de la planta, no es el caso en absoluto.
No hay que olvidar que el cannabinoide THC comienza a vaporizar a los 155°C, y en muchos dispositivos, la temperatura puede ajustarse según las preferencias del usuario, sin ni siquiera acercarse a la temperatura mínima requerida para la combustión. Los principios activos contenidos en el cannabis se liberan en forma de vapor, y tras un análisis previo, se ha demostrado que el noventa y cinco por ciento de este vapor consiste en cannabinoides. Por otra parte, sólo el cinco por ciento de este vapor contiene HAPs en pequeñas cantidades.
Y aquí van más argumentos. Se sabe que el llamado “punto dulce” para vaporizar el cannabis se puede encontrar alrededor de los 170° C. De todas formas, incluso en el caso de los vaporizadores manuales que no permiten al consumidor realizar ajustes,el consumidor luego de una curva de aprendizaje logra obtener una experiencia gratificante, sobre todo si se utilizan para fines medicinales, que es la vertiente que hoy se está alzando como una de las caras más amables y esperadas por la sociedad. Y los argumentos siguen saliendo a la luz para blindar definitivamente una verdad que hasta hace muy poco era subterránea o sólo le interesaba a un pequeño grupo.
¿Por qué hay que vaporizar?
Hay muchas razones por las que un creciente número de aficionados al cannabis cambian a vaporizar después de años fumando cannabis, de una manera u otra. Pero además de los evidentes beneficios para la salud mencionados anteriormente, hay un sinnúmero de razones por las que la vaporización puede ser beneficiosa para la calidad de la vida de uno. Por último -y así lo creemos en ANDES VAPOR- vaporizar es más entretenido y mejora la experiencia de un consumo responsable, ya sea recreacional o médico. ¿Alguna duda con ello?.
Mejor que los productos comestibles
La vaporización es uno de los métodos más saludables que existen para beneficiarse plenamente de todas las ventajas del cannabis. Incluso puede considerarse mejor que ingerirlo (es decir, a través de productos comestibles), ya que los efectos que proporcionan los cannabinoides son prácticamente inmediatos. Comer alimentos a base de cannabis es igualmente seguro, pero tarda mucho más tiempo en producir algún efecto en el consumidor.
Más efectos a partir de la misma cantidad
Vaporizar cannabis es mucho más eficaz que fumarlo. Al vaporizar también preserva los contenidos de THC mucho mejor que la combustión.
Un ambiente ciento por ciento libre de humo
Fumar tabaco o cannabis conlleva muchos otros aspectos, como los distintos tipos de restos (la ceniza, el olor), o las consideraciones puramente estéticas. Una vez que el cannabis ha sido totalmente vaporizado, te puedes deshacer, inmediatamente, de los restos deshidratados del cogollo, y no quedan cenizas. El olor del cannabis sigue estando presente, pero al desaparecer el parámetro del humo, resulta mucho menos invasivo y se disipa más rápido.En resumen, no debería hacer falta pensárselo dos veces para pasar de fumar cannabis a vaporizar. Tanto en lo que respecta a la salud de los consumidores, como a sus finanzas o bienestar general, no parece haber una sola buena razón para no hacerlo.
Es un aporte más de Andes Vapor. El Primer Vaposhop de Chile.