El uso médico o como regulador del estado de ánimo, es otra de las vertientes que poseen los vaporizadores, aparatos que son mucho más que un simple instrumento para la recreación.

La mayoría de la gente, cree que el suso de vaporizadores sólo tiene fines recreacionales. Craso error. Si bien su uso está ampliamente difundido para ello, también existe un gran porcentaje de usuarios que los utilizan para fines médicos o de relajo, donde la clave está en generar estados de paz o relajo sin alteración de conciencia. Es el camino utilizado por la aromaterapia, una de las vertientes más populares de la llamada “Nueva Medicina”.

La aromaterapia (del griego aroma, ‘aroma’ y therapeia, ‘atención’, ‘curación’) es una rama particular de la herbolaria, que utiliza aceites vegetales concentrados llamados “aceites esenciales” que son destinados a mejorar la salud física, mental o ambas. A diferencia de las plantas utilizadas en herbolaria, los aceites esenciales no se ingieren sino que se inhalan o aplican en la piel. En el caso de la inhalación, su mayor grado de perfomance se logra utilizando -por ejemplo- un vaporizador, instrumento que permitirá gozar de todos los beneficios curativos de estas esencias. Utilizar un vaporizador es una buena manera de experimentar el poder sencillo de la aromaterapia en contacto directo con la piel. Este método es especialmente útil para niños y ancianos, ya que pueden ser más sensibles a los efectos del contacto directo con los aceites.

Para quienes aún no comprenden o no saben qué es o en que consiste un vaporizador, habría que decir que es un aparato que “vaporiza” (convierte en vapor) un aroma sobre una zona determinada. Existen muchos modelos electrónicos de todos los portes y tamaños. Algunos llevan un ventilador que sopla ligeramente la fragancia hacia el espacio, mientras que otros se calientan ligeramente para liberar el aroma. Hay que recalcar, además, que los vaporizadores eléctricos son muy útiles para aquellas personas con problemas de sueño, ya que pueden utilizarse toda la noche con seguridad.

Muchos podrán preguntarse ¿por qué utilizar un vaporizador?. La respuesta es sencilla y clara: el sentido del olfato capta los aceites esenciales, y generará de inmediato los efectos correspondientes. Por ejemplo, el aroma relajante de lavanda puede ayudar al usuario a dormir más relajadamente; la fragancia fresca del pomelo, en cambio, ayuda a despertar los sentidos; la menta puede ayudar a destapar la nariz tapada o aliviar los síntomas de las alergias. Y suma y sigue.

En la actualidad, los vaporizadores se utilizan en hospitales, escuelas, hoteles y lugares de trabajo, ya que liberan las partículas limpiadoras y antisépticas naturales en la atmósfera, manteniendo a raya a los gérmenes. Estudios científicos han demostrado que utilizar diferentes fragancias en distintos momentos del día tiene efectos variados sobre el estado de ánimo. Por ejemplo, en un asilo de ancianos, los aromas cítricos pueden ayudar a estimular el apetito antes de la comida, mientras que la lavanda ayuda a hacer la siesta.

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