Tras la autorización del SAG, hecho considerado como histórico, más de cuatro mil pacientes esperan ser beneficiados por una iniciativa médica que espera ser replicada en otras regiones del país.

Para muchos la fecha pasó casi inadvertida. No obstante para un gran grupo de personas involucradas en el tema, el pasado dos de octubre, lo que autorizó el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en la zona del Maule, fue considerado como un hecho histórico. Y no era para menos. La institución estatal aprobó la plantación de siete mil semillas de cannabis en tierras maulinas, de tal modo que con ello se inicie la plantación más grande de Cannabis que registre Latinoamérica para uso medicinal, una instancia que fue aplaudida por las agrupaciones que han masificado el tema.

Un rol crucial para estos efectos, lo tuvo la Fundación Daya, agrupación que tiene como objetivo central la masificación e internalización del tema, como opción viable de cultivo y consumo, y que tras la exitosa experiencia post primera cosechada de mariguana para uso medicinal realizada por la comuna de La Florida en la Región Metropolitana, se hizo cargo de poner el tapete esta alternativa generando un potente loobye entre autoridades y la opinión pública, que ve su mayor fruto tras la medida del SAG  hacia la Región del Maule.

Llegar a la comunidad, la gran tarea

A la cabeza de Daya, se encuentra la reconocida actriz Ana María Gazmuri, quién en su rol de presidenta de la fundación, es clara y enfática en señalar que  con la nueva plantación maulina, se beneficiará a cuatro mil pacientes, mismos que hoy padecen dolor crónico no oncológico y epilepsia refractaria. A modo de argumentos, la máxima autoridad de esta fundación, hizo público que se realizarán tres estudios clínicos junto al Instituto Nacional del Cáncer, el Hospital de Las Higueras de Talcahuano y el Hospital San Borja Arriarán, los cuales están destinados a recopilar el máximo de casos posibles, donde la mitigación de dolores oncológicos o neurológicos, sean posible de tratar bajo el formato del Cannabis medicinal.

«Lo primero que queremos hacer, es llegar a la comunidad», explicó la actriz. “Para ello, a través de nuestra fundación realizaremos charlas explicativas para demostrar los beneficios ante la comunidad y así poder ir eliminando prejuicios atávicos que lo único que generan son anticuerpos a medidas como el uso de la mariguana medicinal, que a todas luces es un real beneficio para quienes hoy están sufriendo en cuerpo y alma.

La presidenta de la Fundación Daya, sostiene además que a pesar del respaldo que va tomando la iniciativa con el tiempo, desde la fundación reconocen que se han tenido que enfrentar a diversos obstáculos para mantener el proyecto. «Los problemas más desconocidos son los peores con los que nos hemos encontrado, como el lobby y acusaciones de aprovechamiento por parte del laboratorio con el que trabajamos», manifestó. Sobre ello, enfatizó que «es imposible crear un fitofármaco sin la intervención de una institución especializada, más aún si el proyecto es respaldado por las autoridades de salud del país».

El Maule, un motivo de orgullo y esperanza

Con la cosecha efectuada en La Florida, la investigación está en pleno proceso de investigación, en donde se espera que en el mediano plazo se entreguen resultados que indiquen la composición del medicamento para, posteriormente, demostrar su impacto en las personas.

«Queremos evitar que se transforme en un mercado de lujo. Lo más importante es sentar las bases de un modelo que vaya en pos de la salud pública», sentenció. “Por ello, lo que hoy ha autorizado el SAG en el Maule, es para nosotros un motivo no sólo de orgullo, sino de esperanza a que pronto esto se masifique por todo el país. Miles de pacientes que hoy sufren, así lo sueñan”, señaló Ana  María Gazmuri.

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