Dos tendencias que se enfrentan ¿Fumar o Vaporizar? una opción más que clara
Fumar, ya quedó en el pasado. Hoy la vaporización es la decisión más útil e inteligente que pueda tomarse. Sus beneficios no sólo van de la mano con la salud, sino también hacerlo donde sea y con total discreción. Los usuarios poco a poco están entendiendo todos lo provechoso que tiene esta alternativa versus la combustión del Cannabis.
Si hay algo que con fuerza ha remecido a quienes somos usuarios permanentes del cannabis, es sin duda la opción del camino saludable que brinda la vaporización de esta hierba. Comprobada científicamente que representa una alternativa absolutamente inocua al organismo, el vapeo gana cada día más adeptos entre quienes prefieren usar este método por sobre la tradicional -y a estas alturas ya demodé- combustion de la marihuana. Es cosa de poner en la balanza los pro y los contra de ambos métodos y comprobar por sí mismo sus radicales diferencias. Vamos por parte.
Sin duda el impacto negativo más importante del Cannabis viene por los métodos de inhalación que los fumadores comunes exponen de forma habitual. A todas luces “quemar la hierba” si bien es una forma efectiva de consumir la Cannabis, el problema es que debido a la combustión que se genera en este proceso, con ella se liberan componentes como Alquitránes y Monóxido de Carbono que son extremadamente dañinos para la salud. En cambio, cuando se hace a través de vaporizadores, se logra extraer la gama completa de cannabinoides (THC, CBD, CBN,CBC entre otros) componentes que constituyen una placentera “subida” con Cannabis, pero con un noventa y cinco por ciento menos de elementos cancerigenos. Gracias al control de temperatura se extrae solamente los cannabinodes que son muy necesarios para el tratamiento con Cannabis Medicinal y para el uso recreacional.
Los médicos no se han cansado de advertir en todos los tonos a los usuarios de la Cannabis, sobre los reales peligros que significa consumirla bajo el formato tradicional. La inhalación tras prender un cigarrillo de marihuana no sólo libera agentes cancerígenos dañinos si no que la temperatura con la que el humo llega a los pulmones puede causar daños aveces irreversibles.
Lo verdaderamente preocupante es que a raíz de la exposición prolongada a cualquier fuente de humo caliente, el organismo reacciona frente a algo que no es natural y es muy fuerte para los pulmones, generando no sólo la molesta tos, sino que además provocando todo tipo de patologías respiratorias y mecánicas del aparato broncopulmonar que -incluso- podrían terminar en un cáncer de dichos órganos.
Una batalla sin cuartel
Razones técnicas y médicas para señalar que en esta cruda batalla entre el vapeo y la combustión, el vaporizador tienen todas las de ganar, son muchas y contundentes. De partida,cuando se fuma la marihuana, toda la materia vegetal en combustión produce altos niveles de sustancias cancerígenas, alquitranes y gases altamente venenosos como el monóxido de carbono y a su vez libera los cannabiodes presentes en esta hierba, los cuales hacen que disfrutemos de ese efecto tan especial, psicoactivo, relajante y medicinal. Pero también estamos consumiendo sustancias como hidrocarburos polinucleares, sustancias altamente cancerígenas como el benceno, el tolueno o el naftaleno…. entre muchas otras. También consumimos monóxido de carbono, un gas capaz de matarnos en dosis elevadas y que daña nuestro sistema respiratorio, a la par de envenenarnos. Lógicamente cuando fumamos marihuana la dosis que consumimos de este gas no es tan alta como para matarnos al instante.
Los beneficios de vaporizar cannabis
De partida, todo lo bueno del vapear se logra precisamente al lograr eliminar los peligros que existen cuando se fuma la marihuana. Al calentar los cannabinoides a través del vapeo a su temperatura de ebullición se elimina todo riesgo posible para el organismo. A pesar de que la hierba al encenderse produce una gran cantidad de humo, un vaporizador deshidrata los capullos y causa que liberen su rendimiento sin prender fuego y consiguientemente la mezcla de productos químicos y el aire con la que el oxígeno se prende. En términos más sencillos, el vaporizador elimina de forma completa cualquier lastre químico asociado con el encendido de la hierba, además de todo tipo de olores asociados a ella, permitiendo consumirla con total tranquilidad donde uno lo desee.
Es importante remarcar que estos productos químicos no se encuentran en la planta en sí misma. Los agentes cancerígenos se pueden encontrar en emanaciones de situaciones tan simples y cotidianas como puede ser una fogata, es decir que la emanaciòn de estos gases son producto de la combustion. La diferencia principal es que quienes vapeamos, no emanamos elementos cancerigenos a terceros, a diferencia de quién enrolla la hierba en papel de fumar y prende dicho cigarrillo dañando la salud de quienes lo rodean. En todos estos ejemplos, el vaporizador gana siempre.
Más beneficios
Pero eso no es todo. Mientras que todo el organismo se beneficia con las mejoras en salud producto de la vaporización, en esta dura batalla entre el vapeo y la combustion, todo indica que hay muchas otras áreas en las cuales optar por el vapear es la mejor decisión que se pueda tomar en todos los sentidos.
De partida, los subproductos desagradables del fumar se eliminan completamente. No es necesario ningún cenicero y la hierba puede colocarse de una sola vez y se consumen todos sus componentes beneficiosos. No hay más pipas obstruidas, se termina con la acumulación de resina, nunca más dientes y dedos manchados, no más olor a hierba en el pelo, la ropa, muebles y tal vez lo más importante para efectos sociales, el ejercicio libre de su uso ya sea médico o recreacional, se limita a un tema privado, eliminando toda molestia para nuestro entorno, pasando incógnito frente a los demás.
Una opción inteligente
El beneficio final que se logra a través de esta opción, hace que los vaporizadores sean personas que cultivan de forma mucho más eficiente la administración de esta hierba bajo este formato. Cuando se fuma muchos de los componentes presentes en la marihuana, muchos de ellos continúan dispersándose en el aire, independiente si se han inhalado o no. Esto se debe a que el fuego del cigarrillo continúa prendido, generando una emanación constante e indeseada del combustible de la hierba hacia el medioambiente. Por ello, es recurrente reportar que el cannabis continúa ardiendo hasta un treinta por ciento del tiempo de forma incontrolada, perdiendo todo su potencial o bouqué. El vaporizador, en cambio, preserva mucha parte del contenido THC del cannabis, lo que significa que en un nivel fundamental se logra una mayor eficiencia a través de la vaporización natural.
Finalmente, el principal beneficiado es el bolsillo. Quienes vapean, pueden amortizar de forma inteligente el costo del equipo que requieran o escojan para el ejercicio de esta opción. Todos los estudios indican que lo que se gasta en un equipo de última generación, de reconocida marca y servicio técnica garantizado, se logra pagar por sí mismo en unos ocho meses. Esto es debido principalmente a la capacidad de dosificación de los equipos, lo cual convierte al vaporizador en una fantástica elección. En síntesis, el buen nombre del cannabis se rescata para el mundo, poniendo fín a décadas de denostación y mitos infundados, gracias a una alternativa más sana, limpia, inteligente y económica como es la vaporización.