Cambiarse a un vaporizador es la forma más útil e inteligente de consumo de cualquier tipo de hierbas. La salud y el bolsillo son los principales beneficiados en esta migración natural de la quema hacia el vapeo.

Una de las mayores críticas que se hace al quemar hierba, es el impacto negativo con el cual se asocia al consumidor con su entorno. Prender la hierba es una forma consistente de alcanzar las temperaturas necesarias para liberar los varios componentes que le dan su potencia, pero el verdadero hecho es que el efecto de la combustión no sólo causa daños significativos al sistema respiratorio, sino que además la emanación de su quema puede no sólo llegar a incomodar a su entorno, sino también delatar su consumo a quién lo está practicando, ya que al menos en nuestro país ello está penalmente castigado.

Otro de los aspectos negativo del consumo de hierbas bajo el formato tradicional de la quema, es que la inhalación libera agentes cancerígenos dañinos y una invasión de otros materiales que van directamente a través del aparato respiratorio a los pulmones. El efecto más inmediato es la irritación de la tráquea pero una exposición prolongada y cualquier fuente de humo caliente no es natural y es muy fuerte para los pulmones.

Beneficios del vapear

Las principales ventajas del vapear están dada por argumentos claros y precisos. A pesar de que la hierba al encenderse produce  una gran cantidad de humo, la acción de un vaporizador deshidrata los capullos y causa que liberen lo mejor de sí haberles prendido fuego, logrando con ello una mezcla de productos químicos y el aire con la que el oxígeno se prende. Lo que significa en términos más sencillos es que el vaporizador elimina de forma completa cualquier lastre químico asociado con el encendido de la hierba. La diferencia principal con el quemado de la hierba, es que a través de la vaporización los consumidores evitan no sólo el humo, sino también el simple hecho de enrollar la hierba en papel de fumar y prenderle fuego, lo que también libera agentes cancerígenos. En términos de salud y de velocidad de liberación, el vaporizador gana siempre.

Más beneficios

El vaporizar está intrínsicamente ligado al cuidado de la salud. Existe una gran cantidad de beneficios adicionales a tener en cuenta. Lo primero y principal, es que los subproductos desagradables del fumar se eliminan de raíz. No es necesario ningún cenicero y la hierba puede colocarse de una sola vez y se consumen todos sus componentes beneficiosos. Las pipas obstruidas de todo tipo llegan a ser cosa del pasado, además la acumulación de resina se elimina y los dientes ya no se manchan por haber fumado.
Igualmente, el ardor de quemar hierba se elimina, lo cual tiene como resultado que el aroma típico al quemado de hierba ya no se ha de soportar. Para muchos consumidores, tal vez el mayor beneficio es el grado de incógnito que se logra al vapear, previniendo adicionalmente que el aroma se acumule en los muebles, ropa, cortinas y pelo. Muchos señalan también como una de sus mayores características al vaporizar, sea la no existencia de potenciales accidentes al empezar un fuego o chamuscarse el pelo, eventos que se eliminan al no existir mecheros presenets en el rito del consumo.

Una ayuda notable al bolsillo

El beneficio final para quién literalmente le da un alto valor al tema económico, es que el vaporizar es mucho más eficiente que otros métodos de consumo en ese sentido. Cuando se fuma muchos de los componentes dentro de la hierba continúan dispersándose en el aire con independencia de si se han inhalado o no. Esto es debido al hecho que el fuego continúa prendido por tanto tiempo como el abastecimiento de combustible esté disponible que pueda propagarse. El vaporizador también preserva mucha parte del contenido THC de la hierba, lo que significa que en un nivel fundamental preserva más el bouqué de la misma.

El gasto que se hace en la compra de hierba de cualquier tipo, la cual se consume bajo el antiguo formato de la quema, es inmensamente superior a la que se realiza utilizando un equipo para vaporizar. La mayoría de estos productos cuentan con una cámara dosificadora, que permite racionalizar la cantidad de hierba a utilizar, generando con ello un obvio ahorro que redundará positivamente en las finanzas de quién opte por esta plataforma, versus la onerosa forma de hacerlo a la antigua, es decir quemándola. Si se toman todos estos hechos y se ponen en la balanza, cualquier podrá darse cuenta que con todos estos beneficios, el vaporizador es una fantástica e inteligente elección.

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